sábado, 12 de diciembre de 2009

¡Un viaje por las letras!

Como cada año, el Instituto Manuel de Falla puso a disposición del alumnado y personal docente durante una semana la Feria del Libro, que lleva celebrándose durante los últimos años.
Hubo una gran variedad; desde el más nuevo al más veterano, desde el más llamativo al más específico. Gran material de trabajo en algunas asignaturas y de diversas categorías. Historias de toda la vida y best-sellers. También, los que estaban interesados en un libro en concreto, pudieron solicitarlo por medio de los profesores. Y los que ganaron los premios del Concurso al Mejor Lema (Mª de los Ángeles Carro Colón, 2º ESO B) y al Mejor Marca Páginas (Ana Mª Montes Solano, 2º ESO C) pudieron disfrutar de un cheque-libro.
A parte de tener la ventaja de conseguir los libros obligatorios más baratos, puedes llegar a adentrarte un poco más en el mundo de la lectura.
Ha sido la librería Quorum de Cádiz la que se ha encargado de proporcionarnos todos esos libros, con la colaboración de alumnos de bachillerato y cuerpo docente del instituto. Se han preocupado de que, otro año más, los alumnos y la comitiva del Manuel de Falla tuviera en sus manos la posibilidad de tener al alcance la oportunidad de toparse con un buen libro y todo lo que ello conlleva. A sí que hay que darle las gracias y desear que no sea este el último año.
Desde el punto de vista de los alumnos de 4º de ESO de Información y Comunicación, queremos que esta tradición no se pierda. Esperamos que el año que viene haya más interesados y vuestro apoyo empuje el proyecto, que el esfuerzo del trabajo realizado no se haga en vano.
Y sobre todo, como el Lema ganador: “Engánchate a mil vidas, lee”.

Sí, riete

Las risas surgieron espontáneas. Y no es para menos. Una patulea de moros trata de alcanzar a una bella doncella para llevarla cautiva. No se podía permanecer impasible, había que hacer algo. Don Alonso Quijano se levanta furioso y acomete a los bandidos, descabezando a unos pocos. Hazaña propia de un súper héroe, si no fuera porque los descabezados con tanta furia eran muñecos y lo que se veía era una función de títeres.

Los alumnos de primero de eso se reían, con razón. Solo a un loco se le puede ocurrir creer que es verdad lo que se ve en un teatrito.

¡Qué loco!

Yo he leído en cuatro ocasiones El Quijote. Más las innumerables veces que vuelvo a releer alguna cosa puntual. En la casa de mis padres se sabía que la explicación a unas risas detrás de la puerta del cuarto chico era que yo estaba leyendo al Quijote.

Aún sigo riéndome, pero menos. Ahora me quedo pensativo en muchas ocasiones.

No puedo dejar de comparar a Don Quijote confundiendo a su amada Dulcinea con una vulgar labradora, con tantas personas escuchando embobadas lo que tiene que decir Belén Esteban. Me es inevitable igualar a las muchachas llorando al ver Titanic con la locura de Don Quijote excitado en el teatro de títeres. Ambos empiezan por T, ambos son ficción y ambos tienen a sus locos.

Y en lo esencial no percibo la diferencia entre el loco que acomete molinos confundiéndolos con gigantes y el notas que con un mando en la mano y una Wii a los pies hace los mismos aspavientos que en la guerra de las galaxias, convencido de que tiene una espada láser en la mano. El loco. El notas, quiero decir.

Estas navidades, cuando pasen los Reyes Magos, verán la luz una nueva generación de locos (XBox, Wii, PayStation, etc.).

Una cosa echo de menos. Cuando veo a muchachos entretenidos en juegos de rol me parece ver a cobardes que se volverán asustadizos ante la presencia de un fanfarrón. Detrás de un hábil con la espada (con el joistick quiero decir) me parece identificar a un blando con el colesterol alto. Y a los que disfrutan asumiendo estéticas y apariencias de muertos, creo que serían incapaces de pasar una noche solos en el campo.

Locos hay muchos, dando mandobles delante del monitor. ¿Pero valientes? ¿Y personas empeñadas en cambiar el mundo que les rodea?

Puesto a elegir, me quedo con lo que me quedo.

José María Gil Corral