lunes, 21 de junio de 2010

Poesia a la Alambra

Diáfana el agua que manó de tu fuente.

Bermejo el zócalo que se aleó a tu virtud.

Velado el aroma de tu vergel y su riente.

 

Se rindió la hermosura ante tu palatina altitud.

En ti coronada está la orla y el ribete.

Remansan lo divino y la beatitud.

 

Podría el tiempo arrebatar tu secreto latente

Despojar de la retentiva al reino Nazarí.

Más tú, Alhambra, por siempre lucirás reticente…

 

Vestigio eres del señorío Andalusí

Tus torreones y capiteles se ubican entre cielo y tierra,

Y tus muros y tus aguas se enlazan entre sí.

 

 

¡Ciñes la cima bajo el amparo de la sierra,

Alumbras cual nácar y plata a la vera del lóbrego cielo,

Y murmullas la maravilla que entre tus muros se encierra!

 

…Oh, hogar de Abu Alahmar…

 

¿Es tu voz el cantar del arroyuelo?

¿Es tu  himno la  leve serenata  del recuerdo?

Patentes son en tus parapetos los poemas de velo negro,

 

Ya que bebes de las cristalinas aguas que tu alma tiene de credo…

Yaces entre pasiones y ensueño,

Por lo que envejecerás con tu porte sereno.

 

Si es tu sola evocación un efímero sueño

Que pasa vivo, grácil…y silencioso…

No se ha de despreciar el embrujo de tu empeño.

 

Es tu ardor lo que cautiva el sentimiento vicioso

Tu eco, las oraciones inscritas en roca y piedra…

Tu esbozo, el argento de azulejo lustroso.

 

Pero son sólo los leones aquellos guardianes de donde tu esencia mora,

Tus estanques los espejos de los astros que tu luz ambiciona.

Pero es de tu brío oculto, de lo que el mortal verdaderamente se enamora.

 

…Oh, castillo rojo…

 

Jesús Maza Guerrero

3º ESO B


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