lunes, 21 de junio de 2010

Viaje a París

París. Ciudad de las Luces, del Amor, del Arte. De Victor Hugo, Rodin, Napoleón. Oro, mármol  y piedra. De miles de historias reales y ficticias que nos han acompañado a lo largo de la historia. Edificaciones impresionantes como la Torre Eiffel, la Ópera de Garnier, el Louvre, la catedral de Notre Dame, el Panteón, la catedral del Sacré Couer, el Moulin Rouge, el Edificio de los Inválidos, el Arco del Triunfo y la iglesia de la Madeleine. Paseos recomendables por el Barrio Latino, los Campos de Marte, los Campos Elíseos, las Tullerías y los Jardines de Luxemburgo.

Tomamos cuatro aviones en ocho días, un tren de cercanías para visitar Versalles e innumerables suburbanos. Un país encantado como Disney Land, que nos hizo disfrutar a todos para volver a sentirnos como chiquillos.

Este año nos tocó a los de la promoción de 1994 y 1993. Rompimos la maldición del número 13, que eran las veces que Manuel de Falla pisaba los adoquines de París. Éramos un grupo, con sus diferencias y defectos… pero nadie ponía mala cara en cuanto había una foto de grupo, ni cuando tocaba ir detrás de nuestras profesoras. Todos teníamos un objetivo en común que no queríamos desobedecer: lo importante era aprender de un país que no era el nuestro y no podíamos derrochar ni un solo segundo. Sabíamos que era uno de los viajes más inolvidables que tendríamos. París 2010 tenía que ser perfecto.

Aunque cayéramos cada noche rendidos en el hotel (realmente, eso no se lo cree nadie), era gratificante meterse en el metro cada día y visitar a cada rincón de una de las capitales más hermosas del mundo. Las noches en el hotel serán inolvidables, siempre nos reuníamos en una habitación, charlábamos tranquilamente y comíamos las chuches que comprábamos antes o después de cenar. Además, estábamos entre amigos y con unas profesoras que, con su gran experiencia, nos enseñaban todo lo que sabían y nos ayudaban en todo. También contamos con la ayuda de Manuel Ruiz, que nos preparó un cuadernillo de viaje para que entendiéramos mejor la historia de París y de los monumentos y lugares que visitamos.

Ha sido un viaje donde hemos tenido que correr, nos hemos mojado y cansado bastante, pero todo eso ha valido la pena porque así hemos logrado visitar con orgullo y buenos momentos todo París. Y aunque las bebidas costaran alrededor de cuatro euros, nos agobiaran los vendedores de cinco torres Eiffel en miniatura a un euro, hubiera problemas en el hotel y varios sustos más, todos los alumnos “parisinos” de 4º de E.S.O.  1º de Bachillerato de este año coincidimos en que volveríamos y recordamos todos los momentos vividos como un hermoso sueño. Echamos de menos todas esas caminatas, las comidas parisinas, los cortos pero agradables descansos por el Barrio Latino, las fotografías sin parar a todos los monumentos, nuestros momentos de risas junto a las profesoras y todo en general.

Por eso, invitamos a cualquier alumno a convertirse el año que viene en un “parisino” más y que esta increíble tradición nunca se acabe.

 

              Judith Baro, Fátima Baro y Lourdes Sánchez 4ºA


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